La obra, calificada como “muy fuerte” por los espectadores salteños, apela al concepto de la “emoción violenta” al cruzar los códigos del Teatro de la Crueldad de Artaud con símbolos de la identidad salteña y de la religiosidad.
“Obra de Navidad o el Apetito de Artaud”
El miércoles 13 de enero a las 21, en el Ático, El Palacio Galerías, Mitre 37, segundo piso, se repondrá “Obra de Navidad o el Apetito de Artaud”. La vuelta a escena fue por al impacto que provocó en el público de la pieza que en las dos últimas funciones agotó la capacidad limitada de la sala.
La obra es sólo para mayores de 18 años Actúan Julio César Bazán, Idangel Betancourt, Víctor Pagano, Noelia Gana. Dirige Idangel Betancourt.
“‘Emoción violenta’ es una categoría que no viene de Artaud, sino de un suceso que deviene posteriormente en símbolo de salteñidad: la creación de la zamba López Pereira”, aclara Idangel Betancourt, director de la obra.
“Revisando la historia nos encontramos con que el autor le dedica la zamba al abogado López Pereyra, porque este lo salvó de una condena por asesinato. El singular poeta había asesinado por celos a una mujer de quien estaba enamorada, y López Pereyra apela a la figura de ‘emoción violenta’ para justificar el acto. Lo que tenemos entonces detrás de esta zamba reconocida como el himno salteño es un duro hecho de violencia de género y de expresión patriarcal”, aseveró Betancourt.
Y precisamente, una de las escenas más conmovedora es cuando se entona la López Pereira, mientras una pareja baila a ciegas la zamba. Después de esta escena todo sucede vertiginosamente: la venganza de una mujer que escupe el sexo masculino, la desnudez de un actor transformado en Cristo y este degradado a un desposeído que intenta robar un regalo de Navidad. Luego la caída del Padre en una escena de tinte canibalesco.
Todo contado con una desafiante cercanía espacial con el público y un lenguaje corporal que construye su propia textualidad sometiendo lo verbal a una continuidad física. Una obra singular en el contexto de las tablas salteña por su alto grado de teatralidad y de diálogo con estructuras culturales.
Una familia salteña -al estilo de Lucrecia Martel- se dispone a celebrar la cena de Navidad. En el transcurso de la cena empiezan a aparecer los fantasmas individuales y sociales y el peso de los símbolos de los mitos y de la identidad se tornan insoportables.
El espectáculo es el resultado parcial de una investigación en proceso sobre lenguaje y políticas del cuerpo en el hombre salteño, investigación que ganó una beca nacional del Instituto Nacional del Teatro en 2009. En una postura desenfadada y canibalesca, el grupo Espacio In-Verso pone en tensión símbolos religiosos y tradicionalistas con los códigos del Teatro de la Crueldad y textos de Artaud.
