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La Nobel «Chéjov canadiense»

A la escritora galardonada la llaman “la Chéjov canadiense” en alusión al maestro ruso del realismo. Se llama Alice Munro que desde el jueves 10 de octubre se convirtió en la decimotercera mujer en recibir un Nobel de Literatura. La distinción recayó en la autora de 82 años por ser «una maestra del relato breve contemporáneo», según el anuncio hecho por Peter Englund, secretario permanente de la Academia Sueca.

Nobel de literatura para Alice Munro

Fue el propio Englund quien llamó a Munro para comunicarle la decisión de la Academia. Sin embargo, no logró comunicarse con la escritora, así que le dejó un mensaje en su contestadora para informarle de su premio. «Yo sabía que estaba en la carrera, sí, pero nunca pensé que iba a ganar», le dijo Munro a los medios canadienses.

Pero su elección no fue una sorpresa para el mundo literario. La escritora, nacida en Wingham (Ontario), fue una de las pioneras del realismo moderno canadiense.

Su trabajo tiene un fuerte foco en los lugares y en lo interno, y varios críticos han elogiado su tratamiento simple y cotidiano de las complejas relaciones humanas.

Su nombre se repetía entre los favoritos al Nobel hacía ya algunos años, especialmente luego de ganar el premio internacional Man Booker en 2009. Su último libro fue la compilación de historias cortas «Mi vida querida», el cual salió a la venta a fines de 2012. Y tras la publicación, este año la autora anunció su retiro, hecho que habría agilizado la decisión de la Academia Sueca, según los expertos. Hoy cuenta con 14 libros publicados y su obra ha sido traducida a casi una veintena de idiomas. Presentado por la Fundación Nobel, el premio es otorgado al escritor vivo más prominente, quien recibe 8.000.000 de coronas suecas (alrededor de US$ 1.228.000).

Pueblerina y revolucionaria

Munro comenzó a escribir en su adolescencia. Entonces se llamaba Alice Laidlaw, su nombre de soltera. Se ganó una beca para estudiar periodismo en la Universidad de Western Ontario donde vendió sangre y recolectó brotes de tabaco para mantenerse. Fue como estudiante que publicó su primera historia, «Las dimensiones de una sombra», en 1950.

En la universidad conoció a su primer marido, Michael Munro, con quien se casó en 1951 y tuvo tres hijas. Su primera colección de relatos cortos, «Danza de las sombras felices», publicado en 1968, le valió el Premio Gobernador General, el galardón literario más importante de Canadá.

Estas primeras historias captaron la diferencia entre sus propias experiencias al crecer en Wingham, una conservadora ciudad canadiense al oeste de Toronto, y su vida después de la revolución social de los años 1960. En una entrevista en 2003, Munro describió la década de 1960 como «maravillosa». «Habiendo nacido en 1931 yo era un poco vieja, pero no demasiado. Y después de un par de años, mujeres como yo estábamos usando minifaldas y caminando empavonadas», dijo.

En 1972 se divorció de Munro y volvió a casarse en 1976 con el geógrafo Gerry Fremlin, un viejo amigo de la universidad. Tras un almuerzo de rencuentro y tres Martinis, ambos decidieron irse a vivir juntos. Y así lo hicieron, hasta abril pasado, cuando Fremlin murió.

Dueña de casa sin talento

Will Gompertz asegura que Munro ha estado «en lo más alto de la competencia desde que comenzó». «Muy pocos escritores le hacen el peso», dice Gompertz, ya que la escritora de 82 años «llega al corazón de lo que es ser humano». Sin embargo la hoy Nobel de Literatura nunca se sintió superior. «Creo que fui exitosa haciendo esto porque no tenía ningún otro talento», aseguró Munro en una entrevista con Book Lounge. «No soy realmente una intelectual. Yo era una buena dueña de casa, y ni tan buena», añadió.

Nueve de sus libros han sido traducidos al español y próximamente saldrá a la venta «Mi vida querida». De los 110 ganadores del Premio Nobel de Literatura en 106 premiaciones, 13 han sido mujeres. De ellas, sólo una representante es Latinoamericana: la chilena Gabriela Mistral, quien fue galardonada en 1945. La última mujer en ganar el premio fue la alemana Herta Mueller, quien obtuvo el Nobel en 2009.

El año pasado, la distinción recayó en el novelista chino Mo Yan, conocido en Occidente por su novela «Sorgo Rojo», que se centra en las dificultades de los campesinos en el comienzo del régimen comunista en China.

  • Fuente: BBC Mundo

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