Desde el jueves 28 de enero se exhibe en los cines de Salta, la película “Invictus” del estadounidense Clint Eastwood, dedicada a un antológico e histórico momento de Sudáfrica, mientras ese país se prepara para ser la sede de la gran cita deportiva planetaria, el Mundial de fútbol de 2010.
Sudáfrica acababa de abolir el ‘apartheid’ cuando en 1995 alcanzó la final de la Copa del Mundo de rugby y el primer presidente negro del país, Nelson Mandela, llegó al corazón a sus compatriotas blancos al asistir al partido vistiendo la camiseta de los ‘Springboks’.
El actor Morgan Freeman interpreta a Nelson Mandela en el último largometraje de t Eastwood, basado en la novela ‘El factor humano’, de John Carlin. Invictus cuenta la verídica e inspiradora historia de cómo Nelson Mandela (Freeman) unió sus esfuerzos con el capitán del equipo de rugby de Sudáfrica, Francois Pienaar (Matt Damon), para ayudar a unir el país.
El recién elegido Presidente Mandela es consciente de que su nación sigue estando dividida tanto racialmente como económicamente debido a las secuelas del apartheid. Creyendo que puede unir a su pueblo a través del lenguaje universal del deporte, Mandela apoya al desamparado equipo de rugby de Sudáfrica cuando, con pocas probabilidades, participa en el Campeonato Mundial de 1995.
El libro de John Carlin fue editado originalmente en inglés por la editorial Penguin en 2009 con el título “Playing the Enemy”, y en español por Seix Barral, con el título “El Factor Humano”. A raíz de su adaptación cinematográfica, el libro se reeditará con el título de “Invictus”, tomado de un poema inglés del siglo XIX, del autor William Ernest Henley, que Mandela solía recordar cuando estaba en la cárcel.
«Cuando Mandela apareció con la camiseta verde y dorada, la multitud enmudeció de golpe», recordaba el ex jugador John Allan, que estaba en el estadio Ellis Park de Johannesburgo aquel 24 de junio de 1995 para presenciar la final contra Nueva Zelanda.
El estupor era inconmensurable: el rugby es el deporte de culto de los afrikáners, los descendientes de los primeros colonos europeos que institucionalizaron la segregación racial y mantuvieron a Nelson Mandela en la cárcel hasta 1990.
Steven Roos responsable de la Federación de Rugby Sudafricana y testigo del acontecimiento, agregó «entonces sabíamos más que nada que Nelson Mandela era miembro del ANC (Congreso Nacional Africano) y para nosotros el ANC era un movimiento terrorista».
De terrorista Mandela «pasó de pronto a presidente pero la mayoría de los blancos seguían siendo escépticos», cuenta. «Algunos incluso almacenaron comida porque pensaban que una vez que los negros estuvieran en el poder se acabaría el abastecimiento», sostuvo.
Las desigualdades siguen siendo clamorosas en Sudáfrica, donde 43% de la población que vive por debajo del umbral de la pobreza es casi por completo negra.